TIC
Y EDUCACIÓN: ¿Sociedad de la información o sociedad del conocimiento?
Escrito
por: Carmen de Lourdes Laraque Espinosa. Universidad Pedagógica Nacional.
México
HACIA
UN ACERCAMIENTO CONCEPTUAL
El
siglo XXI ha visto acentuarse los rasgos de una economía globalizada y de una
sociedad de la información, caracterizada por el uso cada vez más generalizado
de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC). Éstas
han modificado y revolucionado la mayoría de las actividades humanas en general
y de manera específica la educación. Como puntualiza Manuel Castells, las redes
informáticas tienen un avance sin precedentes y perfilan un nuevo sistema de
comunicación basado en un lenguaje digital universal capaz de crear nuevas
formas y canales de comunicación. La sociedad de la información ha adoptado en
forma contundente a las nuevas tecnologías en un proceso que se antoja
irreversible, entre otras razones, por estar impulsadas por fuerzas comerciales
sumamente poderosas que llegan a rebasar a la política nacional y a la política
educativa.
Hoy
asistimos a la revolución tecnológica de la informática y podemos visualizar
cómo sus innovaciones alteran profundamente las condiciones de intercambio de
conocimientos y afectan directamente los mecanismos que rigen el funcionamiento
de nuestra cultura. La revolución informática iniciada hace cincuenta años,
intensificada en la última década y manifestada en el incesante progreso de las
nuevas tecnologías multimediales ha marcado de forma significativa el quehacer
del hombre del siglo XXI.
La
aparición, el avance y la difusión de las nuevas tecnologías de la información
y la comunicación, en especial de Internet y del correo electrónico, han
supuesto notables transformaciones en los más diversos ambientes en los que se
desenvuelven las actividades humanas. Por un lado, porque posibilitan tanto la
transmisión de mucha información en poco tiempo como el acceso a numerosos
servicios, y, por otro, por el hecho de que facilitan la comunicación de forma
instantánea entre sujetos con independencia del lugar en el que se encuentren.
Como consecuencia del alcance de dichas transformaciones, la sociedad se
inclina a basarse cada vez más en el conocimiento, de modo que la sociedad
industrial ha dado paso a la sociedad de la información y del conocimiento, un
fenómeno que acentúa la globalización cultural y socioeconómica. En este
contexto, la información, debidamente procesada y evaluada, se transforma, a
través del razonamiento humano, en conocimiento. Un conocimiento que debería
ser accesible para todos los ciudadanos de forma libre e igualitaria, ya que,
de lo contrario, se pueden producir nuevas formas de analfabetismo y, en
consecuencia, de exclusión social.
La
introducción generalizada de la tecnología multimedia en la vida cotidiana ha
traído ventajas tangibles e innegables al usuario de las mismas, entre ellas:
flexibilización, libertad espacio tiempo, nuevas formas de interacción,
comunicación en tiempo real y comunicación diferida, etc. Pese a ello, la
discusión en torno a los efectos benéficos y no tan benéficos de la era
multimedial se han polarizado en posturas como las representadas por Giovanni
Sartori y Nicholas Negroponte, las cuales resumiremos a continuación.
En
su obra de 1997, Ser Digital, Negroponte abunda en planteamientos que desbordan
optimismo ante la forma vertiginosa en la que la tecnología avanza y se
extiende a sectores cada vez más amplios de la sociedad. En esta era que el denomina
como de la postinformación, la cual ha dejado atrás a la era industrial
centrada en torno al concepto de producción en masa, métodos uniformes y
repetitivos en cualquier espacio y tiempo dado, y de la era de la información,
que muestra la misma economía de escala, pero con menor énfasis en el tiempo y
en el espacio. Ser digital, implica para este autor, modificar la forma de
situarse en el mundo, habitar un planeta que se está achicando, superar las
limitaciones de la comunicación sincrónica y unidimensional, circular por la
superautopista de la información haciendo uso de recursos de información
global. Ante todo ello se antoja que el proceso educativo ya nunca podrá ser
igual. “La era digital no puede ser negada ni detenida; tiene cuatro grandes
cualidades que la conducirán finalmente a su triunfo: descentralización,
globalización, armonización y motivación”. No obstante, advierte en un tono
profético lo que hoy ya es realidad, el lado oscuro de estar digitalizado se
manifestará en violaciones a la propiedad intelectual, invasión de la
privacidad, vandalismo digital, piratería del software, robo de datos y pérdida
de empleos.
La
visión crítica, pesimista y casi apocalíptica permea el planteamiento expresado
por Giovanni Sartori en el trabajo intitulado Homo Videns, término clave que
designa el destronamiento del homo sapiens, producto de la cultura escrita por
el ente que ha perdido la capacidad de abstracción. Para Sartori, la revolución
multimedial y los medios de comunicación de manera notoria, han privilegiado lo
visual sobre lo inteligible, el ver sin entender, empobreciendo con ello la
capacidad de entendimiento y de comprensión. Enfatiza los riesgos implícitos en
este sentido hacia la educación en la era que bautiza como del postpensamiento.
El homovidens pasa por ser un niño videns, -y podríamos agregar, un educando
videns- inmerso en la era digital y formando parte de una multiplicidad de
animales interactivos que juegan entre sí por azar y en quienes está ausente la
percepción de la secuencia, de la causa y del efecto.
A
este debate, de por sí complejo, podríamos sumar la reflexión en torno a lo que
constituye la reflexión central de este trabajo: es indudable que vivimos en
una sociedad dominada y enmarcada por la abundancia de información; las noticias
llegan a nosotros de manera simultánea a que los hechos ocurren, los cada vez
más sofisticados y accesibles aparatos de comunicación nos vinculan en todo
momento con la realidad, con las cifras económicas, con los sucesos mundiales.
Se cumple lo que ya había estipulado Octavio Ianni al referirse a la sociedad
global, podemos estar on line, everywhere all time; viajamos y vacacionamos sin
perder el contacto pero ¿nos conduce ello a saturarnos de información ó a
procesar conocimiento? ¿Los términos sociedad de la información y sociedad del
conocimiento son sólo variantes conceptuales del mismo fenómeno?
La
sociedad de la información, aparente sucedánea de la sociedad industrial ha
sido definida como aquella en la cual el entorno socio cultural y económico
acusa el impacto de aquellas tecnologías que facilitan la creación,
distribución y manipulación de la información. El concepto de «sociedad de la
información» hace referencia a un paradigma que está produciendo profundos
cambios en nuestro mundo al comienzo de este nuevo milenio. Esta transformación
está impulsada principalmente por los nuevos medios disponibles para crear y
divulgar información mediante tecnologías digitales.
Los
flujos de información, las comunicaciones y los mecanismos de coordinación se
están digitalizando en muchos sectores de la sociedad, proceso que se traduce
en la aparición progresiva de nuevas formas de organización social y
productiva.
Difícilmente
se podría concebir la existencia de la sociedad de la información fuera del marco
del mundo globalizado del nuevo milenio en el cual las TIC no sólo aparecen
sino que inciden sobre y transforman todos los procesos productivos facilitando
así la inserción a los mercados globales.
En
diciembre de 2003 se realizó en Ginebra Suiza la Cumbre Mundial de la Sociedad
de la Información, convocado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones,
con una segunda fase en Túnez en noviembre de 2005. En los debates se reconoció
la imbricación de dos procesos: la revolución digital y la brecha digital. En
el primer caso se plantea como premisa básica el entender cómo se ha modificado
la manera en que la gente piensa, actúa, comunica, trabaja y gana su sustento.
“La
presencia de las TIC ha forjado nuevas modalidades de
crear conocimientos, educar a la población y transmitir
información; ha reestructurado la forma en que los países
hacen negocios y rigen su economía, se gobiernan y
comprometen políticamente. Ha proporcionado la entrega
rápida de ayuda humanitaria y asistencia sanitaria, y una nueva
visión de protección del medio ambiente. Y hasta ha creado
nuevas formas de entretenimiento y ocio. Puesto que el acceso
a la información y los conocimientos es un requisito previo para
conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), tiene
la capacidad de mejorar el nivel de vida de millones de
personas en todo el mundo. Además, una mejor comunicación
permite solucionar los conflictos y alcanzar la paz mundial.”
crear conocimientos, educar a la población y transmitir
información; ha reestructurado la forma en que los países
hacen negocios y rigen su economía, se gobiernan y
comprometen políticamente. Ha proporcionado la entrega
rápida de ayuda humanitaria y asistencia sanitaria, y una nueva
visión de protección del medio ambiente. Y hasta ha creado
nuevas formas de entretenimiento y ocio. Puesto que el acceso
a la información y los conocimientos es un requisito previo para
conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), tiene
la capacidad de mejorar el nivel de vida de millones de
personas en todo el mundo. Además, una mejor comunicación
permite solucionar los conflictos y alcanzar la paz mundial.”
Como
segunda premisa reconoce que este proceso de digitalización se ha visto
obstaculizado por un notorio margen de desigualdad social en el que
“…la
gran mayoría de los habitantes del mundo no se ha
subido al vagón de este fenómeno en evolución. Por eso
también se ha hecho cada vez más grande la brecha que
separa el conocimiento de la ignorancia y los ricos de los
pobres, tanto dentro de cada país como entre países.”
subido al vagón de este fenómeno en evolución. Por eso
también se ha hecho cada vez más grande la brecha que
separa el conocimiento de la ignorancia y los ricos de los
pobres, tanto dentro de cada país como entre países.”
Delia
Crovi, investigadora mexicana quien encabeza un proyecto de investigación
centrado en este eje temático realiza una importante aportación a la
conceptualización de la Sociedad de Ia Información al plantear la existencia
tres tipos de sociedad de la información que conviven:
1. La simbólica o
discursiva, o sea, la prometida por el discurso hegemónico como llave para
alcanzar el desarrollo;
2. La real caracterizada por desigualdades y diferencias en el acceso y apropiación de las redes, en la cual sólo un sector pequeño de la población se ha apropiado de la convergencia;
3. Y la de la exclusión (también real pero menos reconocida o aceptada) donde permanecen intactas las prácticas sociales y culturales de la sociedad industrial e incluso preindustrial.
2. La real caracterizada por desigualdades y diferencias en el acceso y apropiación de las redes, en la cual sólo un sector pequeño de la población se ha apropiado de la convergencia;
3. Y la de la exclusión (también real pero menos reconocida o aceptada) donde permanecen intactas las prácticas sociales y culturales de la sociedad industrial e incluso preindustrial.
Y es
que en efecto, uno de los argumentos que emergen como obstáculos para afirmar
que los países emergentes transitan plenamente por la sociedad de la
información, es el ya antiguo concepto de la brecha digital.
El
término brecha digital ha sido considerado como un elemento que refleja uno de
los obstáculos para la existencia de la sociedad de la información. Hace
referencia a la inequidad en el acceso a la tecnología, inequidad derivada del
rezago en materia de desarrollo económico y social, lo cual deriva en
insuficiente inversión en infraestructura de información y comunicación. Si
buscamos una definición estandarizada podríamos acudir a la generada en la
Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información que a la letra plantea:
Somos
plenamente conscientes de que las ventajas de la
revolución de la tecnología de la información están en la
actualidad desigualmente distribuidas entre los países
desarrollados y en desarrollo, así como dentro de las
sociedades. Estamos plenamente comprometidos a convertir la
brecha digital en una oportunidad digital para todos,
especialmente aquellos que corren peligro de quedar
rezagados y aún más marginados.
revolución de la tecnología de la información están en la
actualidad desigualmente distribuidas entre los países
desarrollados y en desarrollo, así como dentro de las
sociedades. Estamos plenamente comprometidos a convertir la
brecha digital en una oportunidad digital para todos,
especialmente aquellos que corren peligro de quedar
rezagados y aún más marginados.
Delia
Crovi abunda en el tema y explicita el concepto brecha digital, aludiendo a las
siguientes cinco dimensiones en las cuales se manifiesta:
a)
Tecnológica, referida a la infraestructura material disponible así como al
grado de actualización de dicha infraestructura.
b)
De conocimiento, vinculada a las habilidades y saberes que deben poseer los
individuos para apropiarse adecuadamente de los nuevos medios y de las TIC.
c)
De información, dimensión en la que es posible distinguir dos sectores
sociales: uno sobreinformado, con acceso a diferentes medios y generaciones
tecnológicas; y otro desinformado, con acceso limitado a las innovaciones
tecnológicas, sus actualizaciones y sus contenidos.
d)
Económica, por la falta de recursos para acceder a las TIC que se manifiesta
tanto a nivel personal, como entre los sectores gubernamentales y algunos
privados
e)
De participación, que significa que los recursos aportados por las innovaciones
tecnológicas puedan emplearse en un contexto democrático, con un marco legal y
social adecuado, que permita a los individuos y a las naciones igualdad de
oportunidades para expresarse e intervenir en las decisiones de un mundo global.
De
manera ambigua se ha utilizado indistintamente el concepto sociedad del
conocimiento como sinónimo del de sociedad de la información. Un ejemplo de
dicho uso indistinto se incluye a continuación:
“Ya
es un lugar común, casi universalmente aceptado,
reconocer que en la segunda mitad del siglo XX se desarrolló y
consolidó un nuevo tipo de sociedad: la llamada sociedad del
conocimiento y la información y que ésta conlleva una
economía que valoriza los conocimientos teóricos y aplicados,
lo que hace imprescindible repensar el rol de las instituciones
especializadas en la administración del conocimiento desde la
sociedad y el Estado.”
reconocer que en la segunda mitad del siglo XX se desarrolló y
consolidó un nuevo tipo de sociedad: la llamada sociedad del
conocimiento y la información y que ésta conlleva una
economía que valoriza los conocimientos teóricos y aplicados,
lo que hace imprescindible repensar el rol de las instituciones
especializadas en la administración del conocimiento desde la
sociedad y el Estado.”
En
sentido estricto estamos aludiendo a dos fenómenos distintos. La información no
es lo mismo que el conocimiento. La información se compone de hechos y sucesos,
mientras que el conocimiento se define como la interpretación de dichos hechos
dentro de un contexto, y posiblemente con alguna finalidad. El concepto
sociedad del conocimiento surge a finales de los noventa e incorpora el debate
acerca de los saberes y el conocimiento, aludiendo los primeros a certezas
prácticas y precisas y el segundo a la utilización crítica y selectiva de la
información. Se trata de un concepto que aparentemente resume las
transformaciones sociales que se están produciendo en la sociedad moderna y
sirve para el análisis de estas transformaciones. Al mismo tiempo, ofrece una
visión del futuro para guiar normativamente las acciones políticas.
El
concepto actual de la ‘sociedad del conocimiento’ no está centrado en el
progreso tecnológico, sino que lo considera como un factor del cambio social
entre otros, como, por ejemplo, la expansión de la educación. Según este
enfoque, el conocimiento será cada vez más la base de los procesos sociales en
diversos ámbitos funcionales de las sociedades. Crece la importancia del
conocimiento como recurso económico, lo que conlleva la necesidad de aprender a
lo largo de toda la vida. Pero igualmente crece la conciencia del no-saber y la
conciencia de los riesgos de la sociedad moderna.
Desde
este ángulo de razonamiento cabe plantear ¿cómo podemos mirar este debate desde
el ámbito de la educación? Los educandos de hoy cuentan con un cantidad de
recursos inimaginables hace apenas unas décadas. El hipertexto, por ejemplo
permite al lector moverse en un texto polimorfo y trazar sus propias rutas de
aprendizaje, los buscadores arrojan en fracción de segundos un millón o más
resultados en torno a un dato, a un concepto o un proceso. Pero, ¿qué
incidencia ha tenido ello en los esquemas de aprendizaje en el desarrollo de
competencias en los estilos cognoscitivos? Y este impacto, ¿es relativamente
homogéneo, ante un panorama de desigualdades sociales y regionales que han
producido un mosaico educativo tan fragmentado en nuestros países emergentes?
Es
evidente que uno de los ámbitos que no ha escapado a la influencia de las
tecnologías de la información y la comunicación, aun si el impacto ha sido
diferenciado es el de la enseñanza. En efecto, la aplicación de estas
tecnologías en todos los niveles educativos ha enfrentado nuevos retos y ha
generado diversas oportunidades en los métodos y procesos de aprendizajes.
Aun
en el ámbito universitario se ha visto la necesidad de incorporar las TIC para
poderse adaptar a las transformaciones sociales. De ahí que las tecnologías de
la información y la comunicación hayan abierto la posibilidad de utilizar
formas innovadoras de enseñar y aprender en todos los niveles educativos y se
haya pretendido eficientar el proceso de aprendizaje a través de un incremento
en la eficacia de la enseñanza. Cabe preguntarse qué modificaciones han
introducido las nuevas tecnologías en los métodos de enseñanza-aprendizaje para
eventualmente evaluar las ventajas y necesidades que el empleo de aquéllas
supone en la cotidianeidad del proceso educativo.
Si
bien la Internet fue creada para fines distintos de los pedagógicos es factible
transformarla en una herramienta operativa en el proceso de
enseñanza-aprendizaje que desarrolle en el alumno destrezas y competencias y le
ayude a elaborar estrategias personales para la construcción del conocimiento.
La eficaz utilización de la world wide web (WWW) estará en función de la
selección y adecuación de la estrategia didáctica en que se integra. La red
facilita el acceso a la información, pero la transmisión de conocimientos no se
realiza per se, es necesario que docentes, alumnos, currícula y métodos
conformen una base articulada que potencie el uso de la información electrónica
a efecto de que el alumno rebase el nivel de simple acopio de información y
pueda construir nuevos conocimientos.
LAS
TICS ¿FACILITADORAS DE INFORMACIÓN O DE CONOCIMIENTO?
Al
referirse a los mitos y creencias que han cobrado carta de nacionalización en
nuestra cultura entorno a la relación entre TIC y educación, el Dr. Manuel
Cabero alude en primer término a la ya mencionada desigualdad y brecha digital,
más acentuada en los países latinoamericanos que en los europeos, aportando el
dato de solamente 4.9% de usuarios de internet a agosto de 2001.
“El
acceso a Internet se ha convertido ya en una poderosa causa de desigualdad.
Aquellas personas con mayores recursos y que pueden acceder con facilidad a
Internet tienen más posibilidades de recibir información, de ampliar su cultura
y de estar mejores preparados para adaptarse a la nueva sociedad del
conocimiento. Por el contrario las personas con menores recursos e inferior
formación tendrán muchas más dificultades para acceder a las redes informáticas
y se verán desplazadas y marginadas en la sociedad mundial. … En el momento
actual el 20% de las personas más ricas acaparan el 93% del uso de Internet.”
Expresa
también su preocupación acerca de la amplitud de la información que permite y
el acceso ilimitado a todos los contenidos al relacionar esta amplitud con la
capacidad del alumno para jerarquizar la información y detectar aquellas
fuentes confiables y con información de calidad.
En
último término califica como un mito con clara influencia en el contexto
escolar al que se deriva de atribuir un valor por si mismo a las tecnologías; esto es
sobrevalorar la significación que se les da a las tecnologías como elementos de
cambio y transformación de la institución educativa. Es cierto que las TIC
crean unos entornos específicos para la información que pueden ser más
atractivos y con diferentes posibilidades que las tradicionales pero el valor
de transformación y la significación que se alcance con ellas no dependerá de
la tecnología en sí misma, sino de cómo somos capaces de relacionarlas con el
resto de variables curriculares: contenidos, objetivos y de cómo aplicamos
sobre las mismas estrategias didácticas específicas.
Ninguna
tecnología es suficiente para cambiar un modelo de sociedad; se requiere tener
un referente más amplio de ésta, las competencias profesionales necesarias y un
modelo de organización relacionado a ello.
En
lo que hace al rol del maestro y a las competencias que tendrá que desarrollar
para optimizar su labor, Cabero rechaza pensar que los docentes serán
reemplazados por la tecnología pero si habrá que adecuar los roles y las
funciones delineadas por las características específicas de su actividad
(contenidos, características de los receptores en especial características
cognitivas de loe estudiantes así como el contexto institucional. Así, la
presencia de las nuevas TIC nos va a llevar, a que los profesores desempeñen
nuevos roles, que en el caso de los docentes universitarios serían los
siguientes:
· Consultor
de información – facilitadores de información.
·
Diseñador de medios.
·
Moderadores y tutores virtuales.
·
Evaluadores continuos y asesores.
·
Orientadores.
·
Administradores del sistema.
Un
efecto benéfico de la tecnología educativa radica en poder favorecer la
construcción compartida del conocimiento. Es cierto que las redes de
comunicación han propiciado la creación de comunidades específicas de
comunicación, y que existen en la red tantas comunidades como problemáticas. En
este sentido y descartando la idea de concebir una especie de supertecnología
que pueda aglutinar a todas las demás y sea la más potente, y por tanto más
significativa para conseguir metas y objetivos de aprendizaje es que en la
parte final de este trabajo se propone una alternativa de trabajo colaborativo
susceptible de ser aplicada en la docencia universitaria. Esta herramienta se
conoce como Webquest.
El
modelo de Webquest fue desarrollado por Bernie Dodge en 1995, quien lo definió
como una actividad orientada a la investigación donde toda o casi toda la
información que se utiliza procede de recursos de la Web.
Una
WebQuest es un instrumento para facilitar el aprendizaje a través de la
búsqueda ordenada de información. En una Webquest se plantea una situación real
que se debe resolver en equipo. A cada integrante se le asigna un rol diferente
a través del cual deberá realizar una tarea específica con la que necesitará
revisar información previamente seleccionada en Internet a través de sitios. La
tarea está organizada en fases con distintas actividades y culminará en un
producto con características bien definidas que resuelve la situación
planteada. Pueden fungir como instrumentos para la evaluación formativa, porque
enriquecen el proceso de enseñanza-aprendizaje a través del uso de recursos e
información web. Una Webquest se construye alrededor de una tarea atractiva que
provoca procesos de pensamiento superior. La información recabada tiene un fin
y un porqué. El pensamiento puede ser creativo o crítico e implicar la resolución
de problemas, enunciación de juicios, análisis o síntesis.
- ¿Qué es una Webquest? (https://www.youtube.com/watch?v=iFC545HvHOs)
Proponemos
el uso de esta tipo de herramientas para que lejos de satanizar y rechazar la
inclusión de las Tics en la educación, éstas contribuyan a optimizar el
proceso. El empleo de las Webquests permite que el alumno elabore su propio
conocimiento al tiempo que lleva a cabo la actividad. Asimismo facilita que el
alumno jerarquice y valide la información de la red navegando por ella con una
tarea en mente y que ello redunde en una más eficaz forma de emplear su tiempo,
procesando y transformando la información, no solo buscándola acrítica y
mecánicamente, este es rebasando el basamento de la información para
transformarla en conocimiento.
A
modo de conclusión señalaremos que la revolución multimedial ha llegado para
quedarse, lejos de satanizarla y enumerar sus efectos perniciosos sobre el
aprendizaje, pensemos en el educando del siglo XXI como un individuo reflexivo, con
capacidad de abstracción, pero con una importante cantidad de recursos informativos
muy superior a la que tuvimos los inmigrantes digitales.
- Sociedad del conocimiento: https://www.youtube.com/watch?v=McBhr6ZUHtc
"La educación es transformación, despeguemos montados en ella hacia la plena sociedad del conocimiento."